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"En 500 años se negaron a ver nuestros rostros, ¿Porqué ahora quieren ver nuestras caras? - E Z L N"

1 de Enero de 2010 - XVI aniversario de la Guerra contra el olvido

Los Niños y las Niñas rebeldes


"Miguel Kantun, de Lerma, es amigo de Canek. Le escribe
una carta y le manda a su hijo para que haga de él
un hombre.
Canek le contesta diciéndole que hará de su hijo un indio."
"Canek. Historia y leyenda de un héroe maya".
Ermilo Abreu Gómez.


Llovizna apenas una brisa húmeda y calurosa. Sin embargo, tanto y tan fuerte ha sido el golpeteo del calor en los días anteriores que a veces piensa uno estar dentro de los círculos del infierno de Dante. Es tiempo de calor. Tiempo de los pequeños, de los niños.

Un hombre bueno ha muerto. ¿Qué se dice cuando un hombre bueno ha muerto? ¿Qué se dice cuando un niño muere? Nada se dice, sólo se calla. Porque muchas veces los dolores son para callarse. Sin embargo, intentando un alivio, hablaré de aquellos niños que tienden sus puentes como manos hasta donde falta el hombre bueno y hasta donde faltan puertas y ventanas para abrirse al otro olvidado y pequeño, al otro digno y rebelde.

Es sobre los niños y niñas olvidados, sobre los que estuvieron, sobre los que están y sobre los que vendrán. Es, por tanto, un texto de amor... y de guerra.

“Niños y niñas del mundo, caminemos como hermanos, llevemos a los adultos cogiditos de la mano, a recorrer fantasías que por desgracia olvidaron. ¿No quieren saber de encantos? ¿Ya no entienden nuestros sueños? ¿Por qué quieren engañarse? si sabemos que en el fondo llevan un niño risueño… Gritan, regañan y pegan, esconden sus sentimientos y nos quieren hacer viejos con tantos sometimientos. No quiero ver niños tristes, abandonados ni hambrientos, el mundo se vuelve viejo si cambia risa por llanto. Niños y niñas del mundo hagamos un mundo nuevo, de poesía y de canto”.

Los niños pueden producir guerras y amores, encuentros y desencuentros. Magos impredecibles e involuntarios, los niños juegan y van creando el espejo que el mundo de los adultos evita y aborrece. Tienen el poder de modificar su entorno y convertir, es un ejemplo, una hamaca vieja y deshilachada en un moderno avión, en un cayuco, en un carro para ir de una ciudad a otra.

9 son los círculos del infierno de Dante. Nueve las cárceles que encierran a los niños en México: hambre, ignorancia, enfermedad, trabajo, maltrato, pobreza, miedo, olvido y muerte.

“Cuando los niños del mundo, no tengan porque llorar, será más noble la vida, será más dulce el hogar, porque la risa de un niño, no se puede comparar con todo el oro del mundo ni con toda vanidad, mientras haya en esta tierra niños en un muladar, no tiene derecho el hombre a llamarse humanidad”.

Día tras día, se niega a los niños el derecho de ser niños. Los hechos, que se burlan de ese derecho, imparten sus enseñanzas en la vida cotidiana. El mundo trata a los niños ricos como si fueran dinero, para que se acostumbren a actuar como el dinero actúa. El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura, para que se conviertan en basura. Y a los del medio, a los niños que no son ricos ni pobres, los tiene atados a la pata del televisor, para que desde muy temprano acepten, como destino, la vida prisionera. Mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen ser niños.

Vale. Salud y saludos, y a divertirse con nuestro niño que llevamos dentro.

Desde El Otro Sur

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Adiós a un grande. Descanse en Paz Mario Benedetti



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Historia del Calendario. Para todas las mamaces en su día. 10 de Mayo


Es mayo y la madruga anuncia calores y rubores. Pero no es este mayo ni esta madrugada, no. O sí, es este mayo y esta madrugada, pero 10 años atrás. La luz del fogón pinta sombras y luces en las paredes de la champa del viejo Antonio. Lleva rato que el viejo Antonio se está en silencio, viendo nomás a la doña Juanita que se mira las manos. Estoy a un lado, sentado frente a un pocillo de café. Hace rato que llegué. Vine a traerle al viejo Antonio una piel de venado, a ver si sabía y podía curtirla. El viejo Antonio había mirado apenas la piel, seguía mirando a la doña Juanita mirándose las manos. Algo esperaban. Quiero decir, algo esperaba el viejo Antonio de tanto mirar a la doña Juanita y algo esperaba la doña Juanita de tanto mirarse las manos. Yo mordisqueaba la pipa y esperaba también, pero de todos los que estábamos ahí era el único que no sabía que esperaba. De pronto la doña Juanita suspiró hondo y levantó cara y mirada hacia el viejo Antonio diciendo: "Viene a tiempo el agua". "Viene", dijo el viejo Antonio y hasta entonces sacó su doblador y empezó a forjarse un cigarrillo. Ya sabía lo que eso significaba, así que rápido cargue la pipa, la encendí, y me acomodé para escuchar y guardar, tal y como ahora se las cuento

La historia del calendario

Cuentan los más viejos de los viejos de nuestros pueblos, que en los tiempos primeros el tiempo se andaba así nomás, todo desordenado y dando tropezones como bolo (borracho) en fiesta de la Santa Cruz. Los hombres y mujeres mucho perdían y se perdían porque el tiempo no se caminaba parejo, sino que en veces se apresuraba y en veces se caminaba lento, arrastrándose apenas como viejito renco, y en veces el sol era grande piel que todo lo forraba, y en veces pura agua nomás, agua arriba, agua abajo y agua en medio, porque antes no se llovía sólo de abajo para arriba, sino que llovía también para los lados y en veces hasta de abajo para arriba se llovía. O sea que todo era un relajo y acaso se podía sembrar, cazar o arreglarle a las champas el techo de zacatón o las paredes de varilla y lodo.

Y los dioses todo lo miraban y miraban, porque estos dioses, que eran los más primeros, los que nacieron el mundo, nomás se la pasaban paseando y agarrando macabiles en el río y chupando caña y en veces también ayudaban a desgranar el maíz para las tortillas. Así que todo lo miraban estos dioses, los que nacieron el mundo, los más primeros. Y se pensaron, pero no rápido se pensaron, sino que tardaron porque no muy ligero eran estos dioses, así que pasó un buen rato en que sólo miraron al tiempo pasar dando tumbos por la tierra y ya después que así dilataron pues entonces sí se pensaron.

Ya después de que se pensaron, porque también se tardaron un rato pensando, los dioses la llamaron a la Mamá que le llamaron Ixmucané, y ahí nomás le dijeron:

''Oí pues Mamá Ixmucané, este tiempo que se camina por la tierra no se anda bien y nomás se la pasa brincando y corriendo y arrastrando y a veces para adelante y a veces para atrás y así pues de plano no se puede sembrar, y ya mirás que tampoco se puede cosechar a gusto y ahí están tristeando los hombres y mujeres y ya mucho batallamos para encontrar al macabil y no está la caña donde la dejamos y nosotros pues te decimos, no sabemos qué pensás, Mamá Ixmucané, pero como que no está bueno que el tiempo se ande así nomás, sin nadie ni nada que lo oriente cuándo y por dónde se tiene qué caminar y con qué paso. Así pensamos, Mamá Ixmucané, no sabemos qué nos vas a decir vos con este problema que te decimos''.

La Mamá Ixmucané se suspiró durante un buen rato y entonces ya dijo:
''No está bien que el tiempo ande así nomás como burro sin mecate, haciendo sus destrozos y mucho estropeando a todas estas buenas gentes''.

¬ Sí, pues, no está bien¬ dijeron los dioses.

Y se esperaron un rato porque sabían bien que no había terminado de hablar la Mamá Ixmucané, sino que apenas empezaba. Por eso, desde entonces, las mamás apenas empiezan a hablarnos cuando parece que ya terminaron.

Otro rato se estuvo suspirando la Mamá Ixmucané y entonces siguió hablando:

''Allá arriba, en el cielo, está pues la cuenta que debe seguir el tiempo y el tiempo sí hace caso si alguien le está leyendo y diciendo qué sigue y cómo y cuándo y dónde".

¬ Sí está y sí hace caso ¬dijeron los dioses.

Más se suspira la Mamá Ixmucané y por fin dice:

''Estoy dispuesta a leerle al tiempo la cuenta para que aprenda a andarse derecho, pero ya no tengo buenos mis ojos y acaso puedo mirar al cielo, no puedo''.

¬ No puede ¬dijeron los dioses.

¬ Viera que puedo ¬dijo la Mamá Ixmucané. Pa luego lo enderezo al tiempo, pero ahí está que no puedo mirar y leer el cielo, porque no tengo buenos mis ojos.

¬ Mmmh ¬dijeron los dioses.

¬ Mmmh ¬dijo la Mamá Ixmucané.

Así tardaron, nomás diciendo "mmmh" los unos y la otra, hasta que por fin los dioses se pensaron otra vez y dijeron:

¬ Mirá vos, Mamá Ixmucané, no sé qué pensás pero nosotros pensamos que está bueno si te traemos el cielo pacá abajo y pues ya cerquita bien que lo podés mirar y leer y enderezarle el paso al tiempo.

Y la Mamá Ixmucané se suspiró fuerte cuando dijo:

''¿Caso tengo dónde ponerlo al cielo? No, no, no. ¿No mirás que está chiquita mi champa? No, no, no''.

¬ No, no, no ¬dijeron los dioses.

Y otro buen rato se quedaron con sus "mmmh", "mmmh". Ya luego se pensaron los dioses otra vez y dijeron:

¬ Mirá vos, Mamá Ixmucané, no sé qué pensás, pero nosotros pensamos que está bueno si lo copiamos lo que está escrito en el cielo y lo traemos y vos lo copias y ya lo podés leer y así enderezás el paso del tiempo.

¬ Ta bueno ¬dijo la Mamá Ixmucané.

Y subieron los dioses y se copiaron en un cuaderno la cuenta que contaba el cielo y se bajaron otra vez y fueron con el cuaderno a ver a la Mamá Ixmucané y le dijeron:

¬ Mirá vos, Mamá Ixmucané, aquí está pues la cuenta que cuenta el cielo, aquí la apuntamos en este cuaderno pero no va a durar, así que tenés que copiarlo en otro lado donde dure todo el tiempo la cuenta que endereza el camino del tiempo.

¬ Sí, sí, sí ¬dijo la Mamá Ixmucané. En mis manos la copia la cuenta y yo le enderezo el paso al tiempo para que derecho se camine y no se ande como viejito bolo.

Y en la palma y el dorso de las manos de la Mamá Ixmucané los dioses escribieron la cuenta que en el cielo cuenta para enderezar el camino del tiempo, y por eso las mamás sabedoras muchas rayas se llevan en las manos y en ellas leen el calendario y cuidan así que el tiempo se camine derecho y no se olvide la cosecha que la historia siembra en la memoria.

Se calla el viejo Antonio y la doña Juanita repite, viéndose las manos, "viene el agua a tiempo".

Esto que les cuento fue hace 10 años, una madrugada de mayo. Hoy, en esta madrugada del 10 de mayo, queremos saludar a un grupo de personas que estuvieron con nosotros en este encuentro, y que han estado con nosotros aun cuando no estaban. Estoy hablando de las madres de presos y desaparecidos políticos a quienes nosotros, sus hijos nuevos, felicitamos por este 10 de mayo. Con ellas vuelve Mamá Ixmucané a darnos memoria digna y a recordarnos la cuenta para cosechar el mañana que la historia siembra.

Salud, pues, a estas madres sabedoras, salud a estas mujeres que nos aseguran que siempre habrá alguien que no pierda la memoria.

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Carta a mis herman@s mexican@s


A tres años de la represión en San Salvador Atenco y en memoria de Alexis Benhumea.

Herman@s:

Apenas llega mayo y el dolor hiere nuestros corazones. Somos producto de más de 500 años de lucha y somos hijos de la madre tierra y defenderla es un delito. Amanecí soñando y pensando que condena tan larga han merecido mis hermanos de San Salvador Atenco y que están presos en las cárceles de máxima seguridad como si fueran los grandes capos del narcotráfico. ¿Qué delito tan grande es defender la tierra que nos da de comer? ¿Por qué a Felipe Álvarez, Héctor Galindo e Ignacio del Valle les impusieron una sentencia de 67 años? ¿Por qué a Ignacio del Valle le agregaron hace poco otros 45 años de prisión? ¿No es lo más absurdo? ¿No es la ofensa más grande a la dignidad y la razón humana? Que por defender la tierra, su tierra, ahora se ha ganado una sentencia de ¡112 años! ¿Acaso Ignacio está encarcelado en el Altiplano por no estar en la lista Forbes y no ser de las personalidades más influyentes? ¿Su delito fue ser campesino que siembra maíz y frijol y no un sembrador de enervantes? ¿Su delito no fue estar dentro de la lista de la revista Times? ¿Su delito fue luchar con machete y no con un fusil Herstan conocidos como “matapolicías? ¿Su delito fue luchar con una coa y un azadón y no con un fusil Barret calibre 50 o una lanzagranada MGL?

Doce son nuestros presos, doce son los meses del calendario de la rebeldía, estos son los nombres de cada uno de nuestros dolores: Ignacio Del Valle, 112 años de prisión, Felipe Álvarez y Héctor Galindo, 67 años; y a otras 9 personas (Oscar Hdz. Pacheco, Alejandro Pilón, Julio Espinosa, Juan Carlos Estrada, Jorge Ordóñez, Adán Ordóñez, Narciso Arellano, Inés Rodolfo Cuellar y Eduardo Morales) han sido sentenciados a 31 años 11 meses y 15 días de cárcel.

¡Dignidad y Rebeldía! Son el pueblo de Atenco. Dignidad y rebeldía son los campesinos de México. Dignidad y Rebeldía son los indígenas que forjaron y dan identidad a la nación mexicana.


Todos ellos son personas trabajadoras, son gente noble y honesta, aman la vida como a la tierra, la libertad, la justicia y la paz. Mientras que los autores intelectuales, Felipe Calderón junto con Vicente Fox, Peña Nieto, Higinio Martínez, Nazario Gutiérrez, Wilfredo Robledo, Eduardo Medina Mora, Genaro García Luna, aman la destrucción y la muerte, además siguen gozando de las mieles del poder y sin tener ningún recato ni sentimiento de culpa tienen encarcelados a tantos luchadores sociales que han entregado gran parte de su vida por solidarizarse con las causas más puras y nobles del pueblo.

Ellos son los que en lugar de combatir a los narcotraficantes y verdaderos secuestradores, conviven con ellos, toman de los mismos vinos, se divierten en las mismas fiestas, gozan de los mismos lujos. Y para justificar su lucha contra la delincuencia va todo el peso de la ley no contra los matones, no contra los asaltantes, no contra los que secuestran y piden millones de dólares por un rescate, no contra los cárteles de los narcos (porque éstos si contestan con el “ojo por ojo y diente por diente”), ¡No!, van contra los campesinos que protestan, van contra los ejidatarios de la Parota, contra los vidrieros de San Luis Potosí, contra los mineros de Pasta de Conchos y Cananea, contra los obreros de Sicartsa, contra los asambleístas de la APPO, contra los indígenas zapatistas, van contra mis hermanos atenquenses y contra tantos otros en el país.

Herman@s y hermanas del mundo:

Estos son lo que nos gobiernan en México, estos son los tipos que gobiernan otros rincones de nuestra América, estos son los que han cubierto de heridas de represión y opresión cada rincón de nuestra patria.

Nuestra lucha es por hacernos escuchar, y el mal gobierno grita soberbia y tapa con cañones sus oídos.
Nuestra lucha es por el hambre, y el mal gobierno regala plomo y papel a los estómagos de nuestros hijos.
Nuestra lucha es por un techo digno, y el mal gobierno destruye nuestra casa y nuestra historia.
Nuestra lucha es por el saber, y el mal gobierno reparte ignorancia y desprecio.

Nuestra lucha es por la tierra, y el mal gobierno ofrece cementerios.
Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno, y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergüenzas.
Nuestra lucha es por la vida, y el mal gobierno oferta muerte como futuro.
Nuestra lucha es por el respeto a nuestro derecho a gobernar y gobernarnos, y el mal gobierno impone a los más la ley de los menos.
Nuestra lucha es por la libertad para el pensamiento y el caminar, y el mal gobierno pone cárceles y tumbas.
Nuestra lucha es por la justicia, y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos.
Nuestra lucha es por la historia, y el mal gobierno propone olvido.
Nuestra lucha es por la Patria, y el mal gobierno sueña con la bandera y la lengua extranjeras.
Nuestra lucha es por la paz, y el mal gobierno anuncia guerra y destrucción.

La rebeldía tiene el rostro moreno y lengua verdadera. Antes habló con otras lenguas y en otras tierras. En muchas montañas y muchas historias ha caminado la rebeldía contra la injusticia. Ha hablado ya en lengua náhuatl, paipai, kiliwa, cúcapa, cochimi, kumiai, yuma, seri, chontal, chinanteco, pame, chichimeca, otomí, mazahua, matlazinca, ocuilteco, zapoteco, solteco, chatino, papabuco, mixteco, cuicateco, triqui, amuzgo, mazateco, chocho, izcateco, huave, tlapaneco, totonaca, tepehua, popoluca, mixe, zoque, huasteco, lacandón, maya, chol, tseltal, tsotsil, tojolabal, mame, teco, ixil, aguacateco, motozintleco, chicomucelteco, kanjobal, jacalteco, quiché, cakchiquel, ketchi, pima, tepehuán, tarahumara, mayo, yaqui, cahíta, ópata, cora, huichol, purépecha y kikapú. Habló y habla la castilla.

La rebeldía no es cosa de lengua, es cosa de dignidad y de ser humanos.

Herman@s, nuestra lucha es por libertad y por justicia a nuestros compañeros.

Construyamos otro mundo, donde la democracia, la libertad y la justicia sean una realidad para los nuestros.


Respetuosamente

Desde El Otro Sur
Balam


*Fuentes consultadas:
- 4ª. Declaración de la Selva Lacandona.
- Periódico mexicano La Jornada.

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En memoria a los compañeros reprimidos en Atenco

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